Puertas, se abren para dejar pasar, se cierran para detener o contener... son poderosas, imponentes, intimidantes.
¿Y quienes entran, se detienen, o se contienen? No solo rostros, no solo pies...sino amores, frases hechas, amigos, recuerdos, pretensiones, mensajes y muchas cosas más.
Si la encuentras cerrada, entonces, el deseo de abrirla, de penetrar el misterio, de tocarla. Algunos insisten, otros no tienen el valor o la paciencia.
Si la encuentras abierta, alcanzas a ver el pasillo o zaguán, generalmente oscuro y solitario, y no te conformas hasta llegar al salón principal, para saber si te gusta o no lo que hay.
A veces, desde afuera, puerta de Hadas, luego, por dentro, casa de Brujas.
A veces por fuera, puerta de Enanos, luego por dentro, castillo de Reyes.
Puertas, nunca sabrán quien lleva flores, quien tizones encendidos, pues se recuestan en la espalda. Sólo se abre y se cierra, en un acto de fe, de malicia, de audacia infinita.
Las puertas me acercan a ti, me alejan de ti, pero si son virtuales, es posible que siempre estés allí y yo no lo sepa.
Con amor infinito,
Martina