LA MUERTE NOS RODEA

    Muy buenas a todos y a todas. ¡¡ Sorpresa !! Sigo vivo, a pesar del título de esta entrada.

    Con el tiempo que me estoy dedicando a mi mismo, o algo parecido, es inevitable que se acumulen las experiencias y los sucesos. Alguno de ellos o varios, también de forma inevitable, están relacionados con un tema del que no nos suele gustar hablar, tratar o compartir. Hay que dejar de mentar a la bicha y esas cosas...

    No obstante, la muerte es algo inherente a nosotros. Cada uno de vosotros/as queridos lectores, habrá tenido su ración particular de sucesos necrológicos, o de circunstancias en las que vimos pasar a la de la guadaña cerca de nosotros, aunque a última hora, se desvió y tomó otro camino. Familiares, amigos, conocidos, parejas o ex, vecinos, famosos, desconocidos, nos rodean y nos hacen partícipes involuntarios de grandes momentos y de malas pasadas. Personalmente, he tenido una relación bastante compleja con la señora de negro. Ha respetado a mis amigos más cercanos, a la mayoría de mis familiares más queridos, a la gente que me ha tratado correctamente y viceversa.

    Sin embargo, en los últimos tiempos, no puedo dejar de reflexionar sobre el valor de la vida y su fragilidad. Sin ir más lejos, hace dos días, en una inocente comida en un asador, tuve que hacer algo que jamás había hecho: Aplicar correctamente la llamada " Maniobra de Heimlich", una suerte de movimientos que provocan una tos artificial a alguien que se está asfixiando, en este caso, por atragantamiento. En un restaurante con menos de diez personas dentro, sospecho que fui la única persona a la que se le vino a la cabeza unos conocimientos, que sabe Dios, tenía prácticamente olvidados. No fue, hasta ver su satisfactorio resultado, y un repaso de conocimientos, a la vez que confirmar que lo había realizado correctamente, hasta que respiré tranquilo del todo.


    Como la info me parece relevante, no está de más un repaso en, por ejemplo, http://www.tuotromedico.com/temas/heimlich.htm o http://www.youtube.com/watch?v=2D5TKxDwGuk



    Mi pareja, entretanto, ha tenido como experiencia, la muerte de un cliente habitual en la cafetería en la que trabaja. Alguien a quien ves todos los días, a quien sirves su bebida habitual, y que de pronto, no volverá más. Es el discurrir habitual de la vida, duro e inflexible.

    Ciertamente, en el capítulo personal, ya he sentido mi final alguna que otra vez. Esos instantes previos a un accidente de coche, cuando sabes que vas a impactar, pero no que va a suceder a continuación. Si es que habrá continuación, claro. Esas caídas malas, que se quedaron en nada. Alguna enfermedad y algún susto. Afortunadamente, voy librando. Me pregunto y os pregunto: ¿ es inevitable pensar en la muerte ? ¿ o quizás sea innecesario ? Sea como sea, no puedo dejar de sentir que nos vigila a cada paso y que nosotros deberíamos vigilar mejor los nuestros, no sea que coincidan antes de tiempo. O justo a tiempo. Que se yo...

    Besos, Abrazos y mucha vigilancia...

    PLANETA POL    @ElTioPol ( Temporalmente de vacaciones ) en Twitter

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