Esta entrada es una réplica a la de ayer de Venus. No os creáis que todo en la risa es bueno y saludable.
Para empezar me voy a entretener poco en observar los efectos secundarios del cigarrillo de la risa.
Tampoco merece mucha reflexión los efectos del oxido de nitrogeno (I) o también llamado gas de la risa, basta con echar un vistazo al vídeo...
¿Hay que dedicar algún ratillo a la incontinencia urinaria causada por la risa?
No suele ser necesario demostrar las maldades del siniestro personaje... y sus asesinatos con la carcajada mortal...
Más desconocida será la enfermedad llamada muerte de la risa, o kuru, similar a la de las vacas locas y que se contraía en nueva guinea por la costumbre de comerse los sesitos de los muertos de la misma tribu.
Así que vamos a centrarnos en el efecto más pernicioso de la risa, la muerte. Es decir, vamos a centrarnos en los que MURIERON DE RISA.
Una de las grandes pérdidas de la historia por ese acto tan peligroso como es el reír fue CRISIPO, grándisimo sabio griego, famoso por sus trabajos sobre la dialéctica, de la escuela de los estoicos. Tan magnífica figura poco antes de morir le dio a beber a su burro una importante cantidad de vino. El burro se cogió una cogorza de aupa y entre sus azañas borrachiles le dió por irse a comer los higos de una chumbera. Verlo en esas composturas le provocó a Crisipo tal ataque de risa que murió del mismo.
No fue el primero. Calcante y Zeuxis, que se sepa ya las habían palmado tras un par de ataques mortales de risa.
Varios fueron los que cayeron tan felices posteriormente... así que no nos detengamos y repasemos las últimas víctimas de este mal.
Si saben inglés, les aviso: las escenas del siguiente vídeo pueden dañarle severamente la salud. No es broma. Alex Mitchell, albañil inglés, pagó con su vida, en 1975, ver este capítulo de humor. Tras 25 minutos de risa murio.
Ole Bentzen, médico danés las palmó en 1989 viendo Un pez llamada Wanda. Esa sí me he atrevido a verla, y me he reído, pero tampoco he sufrido tanto como el danés.
Y por último os dejo un espeluznante episodio de los Monty Python.
Feliz sábado, sabadete... se me comporten (y se me rían con moderación)
SATURNINO
Para empezar me voy a entretener poco en observar los efectos secundarios del cigarrillo de la risa.
Tampoco merece mucha reflexión los efectos del oxido de nitrogeno (I) o también llamado gas de la risa, basta con echar un vistazo al vídeo...
¿Hay que dedicar algún ratillo a la incontinencia urinaria causada por la risa?
No suele ser necesario demostrar las maldades del siniestro personaje... y sus asesinatos con la carcajada mortal...
Más desconocida será la enfermedad llamada muerte de la risa, o kuru, similar a la de las vacas locas y que se contraía en nueva guinea por la costumbre de comerse los sesitos de los muertos de la misma tribu.
Así que vamos a centrarnos en el efecto más pernicioso de la risa, la muerte. Es decir, vamos a centrarnos en los que MURIERON DE RISA.
Una de las grandes pérdidas de la historia por ese acto tan peligroso como es el reír fue CRISIPO, grándisimo sabio griego, famoso por sus trabajos sobre la dialéctica, de la escuela de los estoicos. Tan magnífica figura poco antes de morir le dio a beber a su burro una importante cantidad de vino. El burro se cogió una cogorza de aupa y entre sus azañas borrachiles le dió por irse a comer los higos de una chumbera. Verlo en esas composturas le provocó a Crisipo tal ataque de risa que murió del mismo.
No fue el primero. Calcante y Zeuxis, que se sepa ya las habían palmado tras un par de ataques mortales de risa.
Varios fueron los que cayeron tan felices posteriormente... así que no nos detengamos y repasemos las últimas víctimas de este mal.
Si saben inglés, les aviso: las escenas del siguiente vídeo pueden dañarle severamente la salud. No es broma. Alex Mitchell, albañil inglés, pagó con su vida, en 1975, ver este capítulo de humor. Tras 25 minutos de risa murio.
Ole Bentzen, médico danés las palmó en 1989 viendo Un pez llamada Wanda. Esa sí me he atrevido a verla, y me he reído, pero tampoco he sufrido tanto como el danés.
Y por último os dejo un espeluznante episodio de los Monty Python.
Feliz sábado, sabadete... se me comporten (y se me rían con moderación)
SATURNINO