Eso es, escribo, en el ojo del puente al que se refería Júpiter: entre las banderas coloradas de ayer y el día de la mami de mañana.
En principio iba a dedicar la entrada al día de los trabajadores. Ayer estuve en la manifa del 1 de mayo y me ha quitado las ganas de escribir de ello, la verdad. Y no por lo que es de esperar, sino cuatro gatos, sí 400 gatos (yo creo, incluso que menos que el año anterior, con lo que está cayendo). Y no por la división esperada de los 400 gatos, que si unos silencios y discursos más o menos oficiales, que si unos gritos más festivos de los del Partido Comunista, que sí gritos sin parar de los anarquistas... Y no por haber tenido que aguantar compartir la manifa con los dirigentes del Partido Socialista e incluso algún alto cargo de la Banca (que ya es tener agallas y tragaderas).
Pero sí me quitó el ánimo el eslogan de la manifestación, que bien lo ha podido dictar el propio Gobierno... vamos, que si todo va bien, y no hay nada que hacer ni proponer, pues hala seguiremos contando paradas como si borreguitos fueran a la hora de dormir. Lo malo es que hay que contarlos a tal velocidad, que más bien quitan el sueño.
¿No hay ninguna propuesta digna de escurchar en estos tiempos? ¿No hay alternativa? ¿Nada se le ocurre a los representantes de los trabajadores? ¿Sólo resignación y esperar a dios sabe qué?
Así que mejor dedico la entrada al día de la madre (al menos a la que se celebra en España, mañana domingo).
En el centro comercial de Vialia, el que me queda frente a mi ventana, por segundo año han preparado un concurso curioso: consiste en que los niños pintan en unos papeles, cómo pintarían el coche de su mami. Se eligen a los tres ganadores y estos deben pintar coches de verdad tal como en su propuesta.
Es decir que menudo regalito para las mamis, que se llevan un coche, que simpático y que ilusión, pero qué putada el coche horroroso y pintarrojeado que se tienen que llevar!!
Y para terminar, un vídeo, con todo cariño dedico a las mamitas queriditas del alma de todo el mundo mundial.
Feliz sábado, sabadete... se me comporten
Saturnino
En principio iba a dedicar la entrada al día de los trabajadores. Ayer estuve en la manifa del 1 de mayo y me ha quitado las ganas de escribir de ello, la verdad. Y no por lo que es de esperar, sino cuatro gatos, sí 400 gatos (yo creo, incluso que menos que el año anterior, con lo que está cayendo). Y no por la división esperada de los 400 gatos, que si unos silencios y discursos más o menos oficiales, que si unos gritos más festivos de los del Partido Comunista, que sí gritos sin parar de los anarquistas... Y no por haber tenido que aguantar compartir la manifa con los dirigentes del Partido Socialista e incluso algún alto cargo de la Banca (que ya es tener agallas y tragaderas).
Pero sí me quitó el ánimo el eslogan de la manifestación, que bien lo ha podido dictar el propio Gobierno... vamos, que si todo va bien, y no hay nada que hacer ni proponer, pues hala seguiremos contando paradas como si borreguitos fueran a la hora de dormir. Lo malo es que hay que contarlos a tal velocidad, que más bien quitan el sueño.
¿No hay ninguna propuesta digna de escurchar en estos tiempos? ¿No hay alternativa? ¿Nada se le ocurre a los representantes de los trabajadores? ¿Sólo resignación y esperar a dios sabe qué?
Así que mejor dedico la entrada al día de la madre (al menos a la que se celebra en España, mañana domingo).
En el centro comercial de Vialia, el que me queda frente a mi ventana, por segundo año han preparado un concurso curioso: consiste en que los niños pintan en unos papeles, cómo pintarían el coche de su mami. Se eligen a los tres ganadores y estos deben pintar coches de verdad tal como en su propuesta.
Es decir que menudo regalito para las mamis, que se llevan un coche, que simpático y que ilusión, pero qué putada el coche horroroso y pintarrojeado que se tienen que llevar!!
Y para terminar, un vídeo, con todo cariño dedico a las mamitas queriditas del alma de todo el mundo mundial.
Feliz sábado, sabadete... se me comporten
Saturnino