MAESTROS

    ¿Hoy es sábado, verdad?... pues me toca.

    Sorpresa que me llevé ayer. Resulta que sigue el blog Dolo, con la que pasé un buen par de ratos estos dos últimos días.
    ¿Se puede saludar? pues un saludo para Dolo y un beso (y comenta mujer!!)

    Bueno el tema es que no tenía tema y me lo dio ella. Los maestros.

    No tengo muchas ganas de preparame una entrada de las trabajadas, así que ahí va un mini puzzle de 5 piezas.

    EL PATRÓN.
    Ayer, 27 de noviembre, fue San José de Calasanz.
    Llevo trabajando 23 añitos (más los que caminé a gatas: clases particulares, apoyos al estudio, doblescuela) de maestro en un colegio de los escolapios. A decir verdad, en los últimos años he bajado de categoría y soy menos maestro y más profesor.
    Así que me "cae" Calasanz como patrón por todas partes: el patrón de los maestros (oficio y afición), creador de la escuela popular y gratuita (ideal) y fundador de los escolapios (mi empresa).
    Pues mira por donde, me alegro de tener este patrón. No todos pueden chulear de tener un buen Santo (aunque se puede entender que todos tendrán algo bueno en que fijarse -apreciación esta última claramente inocentona-).
    Y es que este Santón mío (santón porque debía ser bien grandullón) tiene una mitad de su vida bien apasionante abriendo escuelillas para los chavalucos de los de mocos colgando que ni por asomo podían pensar que ellos tenían un derecho a la educación.
    Así que ese derecho universal a la educación, se lo debemos a esté santón mío.

    LA CELEBRACIÓN.
    Ya os digo que mi escuela es de los escolapios, es una escuela de Iglesia.
    Algo raro debemos de hacer, porque nuestros chicos no se aperciben mucho de ellos y se quedan con cosa rara cuando algo se lo recuerda.
    El hecho es que ayer celebramos el patrón con una misa (hay dos a lo largo del curso, por Calasanz y por San Isidro) en la residencia.
    Y mis alumnos, cuando llego a clase... "¿hay que ir? ¿es obligatorio?"...
    Y hay dos-cuatro (bueno, más bien 60-80) temas que me hacen cortar las clases previstas y soltar mi "rollete". Este es uno...
    Así que os lo tragáis vosotros ahora.
    Todos pertenecemos a varios grupos a varias comunidades en las que nos relacionamos más o menos afectivamente: amigos, familia, familia extensa, clase, trabajo, pueblo...
    Vivir, por más que nos guste otra cosa, es algo así como dormir, levantarse, lavarse, caminar, comer, trabajar, ver algo la tele y dormir de nuevo.
    Las comunidades suelen hacer pequeños paréntesis para celebrar (ojo celebrar, no siempre es lo mismo que juerga) que las une.
    Estos parentesis suelen ser siempre los mismos en todo el mundo y toda las culturas:
    el nacimiento (bautizo), el cumpleaños, el hacerse mayor (la puesta de largo), el casarse, el morirse (a esta celebración no suele fallar nadie, y menos el invitado principal), el patrón (de oficios y pueblos).
    ¿y tengo que ir? es una pregunta ruín, que no cabe. Tú sabrás dos cosas: si sientes que perteneces a ese grupo y cómo debes responder a la espectativa que los otros tienen de tu pertenencia a esa comunidad.
    O dicho de otro modo, si yo te invito a mi boda, y tú me preguntas ¿es obligatorio ir? lógicamente mi respuesta es "vete a tomar por donde amargan los pepinos".

    El discurso, ya lo sé, es maravilloso (gracias por los aplausos). El discurso, ya lo sé, es poco efectivo; ¡vamos!, que todos los alumnos se piraron de la misa. Tampoco esperaba otra cosa, ni pretendia otra cosa.


    LA MISA.
    Buena misa por San José de Calasanz, si señor.
    Lectura: la de Jesús destaponando oidos y boca a un sordomudo...
    Buena homilia....
    Eso justo es lo que hizo Calasanz, desataponar oídos y tirar de la lengua.
    ¿Alguien os ha ayudado a desataponar oídos y tirar de la lengua?....
    buaaaaaaaaaa y una retahila de chavalotes dando las gracias a unos y otros educadores por ello.
    ¡Y mis carnes de gallina!

    LAS PELIS.
    También para celebrar el patrón, desde la Universidad Pontificia de Salamanca, justo mediante la Catreda San José de Calasanz, se han dedicado dos jornadas sobre cine y educación.
    He podido ir a 5/8 de las jornadas.
    La verdad, que bien agradables: presentación, película y mesa redonda para comentarla.
    He visto tres de ellas. Muy muy recomendables.

    "Ser y tener". Un verdadero poema pedagógico. El director ha metido las cámaras durante un curso escolar en una pequeña escuelita de montaña, unitaria, en un pueblo francés. MARAVILLOSAAAAAAAAA. De las que tras verla uno sale reconciliado consigo mismo y el mundo entero.




    "La clase". Aparentemente es el mismo experimento (sólo aparentemente), metiendo las cámaras en una clase durante un curso. Pero esta vez el aula es de secundaria y en un barrio de inmigrantes de la periferia de París.
    En la formación en la enseñanza, siempre se habla de lo bueno que es grabarse uno sus propias clases e ir aprendiendo de aciertos y errores. A mí siempre me ha echado para atrás, por eso de no estar cómodo sabiendo que se está grabando.
    Pues esta peli te lo da gratis y sale todo, los hechos heroicos y los avergonzantes. Tal cual.
    MARAVILLOSAAA. De las que tras verla sales medio contento medio cabreado contigo mismo y el mundo entero.



    "La ola". Sobre como se fabrica el totalitarismo. Acongojante.
    MARAVILLOSAAA. De las que tras verla sales enteramente asqueado contigo y el mundo entero.






    MENUDO TRABAJITO.
    Y la última pieza del puzzle. Supongo y espero que a estas alturas pocos o ninguno siga leyendo el rollazo que me estoy soltando.
    Es cierto como se decía arriba, que el maestro se dedica a desataponar oídos y tirar de la lengua.
    Y a cambio los alumnos le van mostrando la vida. Le dan dando retazos y más retazos de la vida (de la del mundo -cada vez mis alumnos son más jóvenes, yo más mayor y me siguen manteniendo joven-), de su vida (la de los alumnos) y de su vida (la del maestro).
    No es una idea mía, es una idea prestada de mi maestro de maestro.
    ¿Cuánto? ¿un 60%? ¿un 70? ¿un 80? cuánta de mi vida está hecha a base de retazos de retales de mis alumnos.
    Esta es la cuestión intima del maestro. La verdadera pregunta.
    La que está más en la calle es otra ¿cuánto de ti se lo debes a tu maestro?

    Feliz sábado, sabadete... se me comporten
    Saturnino

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