¿Sobrevivirá la clase media?

    De acuerdo con un poema de Benedetti, la clase media no termina de ser nada pues todo lo es a medias. Me pregunto entonces, ¿tendrá alguna virtud pertenecer a la clase media? ¿sobrevivirá en este escenario romántico?

    Poema a la Clase Media - Mario Benedetti

    Clase media
    medio rica
    medio culta
    entre lo que cree ser y lo que es
    media una distancia medio grande
    Desde el medio mira medio mal
    a los negritos
    a los ricos a los sabios
    a los locos
    a los pobres
    Si escucha a un Hitler
    medio le gusta
    y si habla un Che
    medio también
    En el medio de la nada
    medio duda
    como todo le atrae (a medias)
    analiza hasta la mitad
    todos los hechos
    y (medio confundida) sale a la calle con media cacerola
    entonces medio llega a importar
    a los que mandan(medio en las sombras)
    a veces, solo a veces, se dá cuenta(medio tarde)
    que la usaron de peón
    en un ajedrez que no comprende
    y que nunca la convierte en Reina
    Así, medio rabiosa
    se lamenta(a medias)
    de ser el medio del que comen otros
    a quienes no alcanza a entender
    ni medio.




    Recordando un poco la historia, la clase media surge entre los siglos XVII y XVIII producto de la emancipación de las viejas estructuras monárquicas, en dónde hasta entonces existían a "grosso modo" dos clases sociales, los nobles y los siervos.  Esto fue posible, gracias al florecimiento del comercio entre feudos y el trabajo artesano independiente. Desde entonces,  el mundo ha transitado desde un escenario en el cual las condiciones de vida eran deplorables, hasta uno en el que existe un sin fin de comodidades.  Sólo basta con echar una mirada a las estadísticas y evidenciar la evolución de la esperanza de vida, la salud humana, las condiciones sanitarias, el acceso al agua potable,  la educación y las vías y medios de comunicación,  entre otros. La libertad y el acceso a la educación han hecho posible la formación de un gran cúmulo de profesionales de alto nivel que han sido capaces de cambiar el curso de la historia con su ingenio, tal vez movidos por el amor, por la ambición, o por ambos. De la clase media se desprenden  los individuos que se elevan a la clase culta.
    Sin embargo, hoy en día el debate es sobre los límites del crecimiento económico y la distribución más justa de la riqueza a nivel mundial, cuyos lineamientos se encuentran plasmados en los “Objetivos de Desarrollo del Milenio” realizado por la ONU. Bien vale la pena entonces reflexionar ¿hacia dónde nos dirigimos ahora? ¿Será posible el regreso hacia el viejo esquema bi-clasista,  o la  conformación de una clase única? ¿Cuáles serán los incentivos que guíen a las naciones hacia el desarrollo? ¿Podrán acaso los sentimientos de competitividad ser sustituidos por los de cooperación?
    Es innegable que este mundo tiene que resolver de alguna manera, la existencia de grupos con acceso limitado a los recursos y con derecho a las mejores condiciones de vida posible. Tal vez eso implique la modificación de la estructura social, pero en el camino, debemos tener presente que, en el marco del sistema democrático,  la clase media desde su surgimiento ha sido la clase soñadora, emprendedora, con ganas de desarrollo, y que en la medida que sus sueños se han materializando la sociedad ha avanzado y se ha fortalecido hasta el día de hoy.  El mundo democrático, ha dado oportunidades infinitas a todos aquellos que han querido desarrollar sus capacidades al máximo, en cualquiera de la áreas existentes, y como resultado de ello hemos llegado hasta la luna y más allá, hemos transformado nuestro mundo de maneras no previstas, y ahora enfrentamos el reto de seguir transformándolo en forma sustentable, con tecnologías que ahorren energía, que ahorren materiales o que utilicen los ya usados una y otra vez imitando los interminables ciclos de la naturaleza.
    Repartir a todos por igual no tiene sentido, porque lo que incentiva al hombre a crecer y expresar sus ideas en forma infinita es ver su esfuerzo bien recompensado, más allá del reconocimiento social. Si se diera a todos por igual, habría muchos free readers, es decir, mucha gente que vive del fruto del esfuerzo ajeno y no del propio, y eso le quita las ganas a cualquiera. Eso es diferente al voluntariado, que es si mismo es un acto totalmente filantrópico.  Adam Smith hablaba en “la Riqueza de las Naciones” que la búsqueda del bienestar individual (egoísmo) se transformaba en bienestar colectivo, porque cuando una persona mejora su nivel de vida, se convierte en fuente de ingresos para otros, ya sea por  la vía de empleador (compartiendo el trabajo), o como consumidor (compartiendo su ingreso personal). Marx hablaba de que las ganancias eran generadas por los trabajadores (plusvalía), y que aquellas eran las que iban a manos del dueño del capital (que supuestamente no hacía nada, más que recostarse a esperar las ganancias, como si el oficio de gerenciar, administrar  y organizar un negocio, no fuesen trabajo). ¿Qué podemos decir hoy de esa afirmación, en empresas que cada vez son más intensivas en capital?, es decir, aquellas que dependen cada vez menos de la mano de obra, porque los procesos están robotizados… Señores, en una orquesta, cada uno de los instrumentos que participan son igualmente importantes para lograr el sonido perfecto (objetivo común), pero eso no sería posible sin el director de la orquesta, que es el que se encarga de organizarlos y de marcar el ritmo, la intensidad de lo que se toca… sin eso, la melodía nunca encontraría su camino, consistirían en una serie de sonidos anárquicos. De nosotros depende el sonido futuro.

    Besos para todos,
    Martina

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